jueves, 23 de junio de 2011

EXCURSIÓN AL VALLE DEL JERTE.

Nuestro reportero de "guerra", nos ha enviado esta crónica de la excursión realizada por los alumnos de 6º de Primaria al valle del Jerte. Esperamos, aún, que nos envíe alguna fotografía.
          Nuestra excursión al Valle del Jerte fue bastante movidita. Todo empezó un día de junio. Ya nos habían avisado meses antes de la excursión prevista para ese día y aquél era justo el día perfecto para irse de campamento.
        
Lo primero fue subirse en el autobús, yo me puse con Reyes y así empezamos el viaje que duró aproximadamente dos horas y nos paramos en una tienda a comprar. Yo me pillé una bolsa de Fritos y Reyes compró el periódico Marca así que nuestros asientos eran la mar de divertidos. Finalmente llegamos a un cruce en el que podías ir o al Balneario o al Campamento y la verdad es que nos entró el ansia de ir al Balneario pero resulta que los profesores tenían un plan diferente.

         Nada más llegamos nos prepararon un cubo para echar los móviles y todo aparato que funcionase con tecnología y nos preparamos para empezar las actividades.
         La primera actividad consistía en montar a caballo. Al principio todos estábamos nerviosos porque claro, de lo altos que eran los caballos, si te caías te metías un leñazo que no volvías a salir de tu cama. Nos pusimos por parejas y nos montamos. Fue agradable menos por las cagadas que soltaban los caballos que nos hacían estar incómodos.
         Tras terminar fuimos a las piraguas. No fue especialmente mi actividad preferida ya que tenías que montarte en una piragua y navegar con el remo pero a la mínima te caías al agua y no bromeo.
         Después nos tocaba Pati-béisbol que es como el béisbol pero con el pie. Se suponía que tú tenías que lanzar una volea y correr todas las bases. Tras eso, corrimos hacia el Mini-golf. Sabíamos a la perfección lo que era pero nos quedamos medio alucinados al ver aquello. Era un campo apenas más grande que nuestra clase con 4 ó 5 hoyos y unos palos rotos. Después nos tocó el tiro con arco y fue entonces cuando descubrimos nuestra mala puntería aunque algunos se acercaron más que otros.
         Tiempo más tarde nos tocó comer paella, calamares y helado. Comprensiblemente, con todo el calor que hacía a nadie le sentó bien la paella y lo digo por experiencia propia.
         Después nos fuimos a bañar al lago que estaba lleno de rocas y uno no podría andar ni un metro sin caerse. Las 3 horas de baño se convirtieron en siglos y la mitad de la gente se salió fuera. Luego nos tocó ducharnos y la verdad es que las duchas eran de lo peor porque tenías que compartirlas con otros 4 chavales.
         La merienda no encajó bastante bien con las circunstancias porque a varias personas les habían robado dinero y tal. Para la cena todo estaba más calmado y después los alumnos del Fernando Martín jugamos a un juego que trataba de que los chicos teníamos que vestirnos de chicas y las chicas de chicos. Prefiero no entrar en detalles porque me parece que si vieseis las pintas de todos, vuestra reacción hubiese sido bastante peculiar. El objetivo del juego era conseguir puntos para tu equipo haciendo diversas pruebas que marcaban la diferencia y la exageración.
         Después llegó la hora de dormir y los chicos se dividieron en dos grupos los “Normalillos” ahí estoy yo, nos fuimos a dormir a una cabaña y los “Privilegiados” se fueron a un Bungalow que tenía tele, un baño y demás. Para mí que los Privilegiados se lo pasaron mejor porque nosotros estuvimos crujiéndonos la espalda y debimos de hacer mucho ruido porque el monitor se hartó y nos mandó a limpiar. Limpiar era muy aburrido porque según limpiabas el polvo, apenas pasaban un par de minutos de que viniese más. Finalmente nos dormimos, una vez volvimos a la cabaña y no hicimos nada hasta el día siguiente.
         Al día siguiente y después de desayunar nos fuimos de excursión y nos hicimos una caminata que no veas porque ojo que si calculamos los kilómetros que hicimos… Más tarde llegamos a otro lago lleno de piedras pero este era peor todavía porque el otro tenía piedras en el suelo, este tenía montañas. Luego algunos se montaron en el rapel que es tirarse desde un puente atado con una cuerda. Después de bañarnos y tal volvimos al campamento a recoger nuestras cosas para volver al autobús que había vuelto puntualmente. Luego volvimos a viajar y la verdad, no sabría yo comparar entre la ida y la vuelta. Para empezar teníamos a dos enfermos, una garrapata suelta y un cansancio que no puede uno con él.    Yo me volví a poner con Reyes y nos paramos tras 2 horas de viaje, como es costumbre y fuimos a la tienda de un hombre que seguramente había tenido un mal día porque el hombre parecía que le había dado un ataque de histeria. Final y felizmente volvimos a Mora y nos reunimos con nuestras familias, muy satisfechas por volver a vernos.
        ALFONSO GARCÍA-OLÍAS VALDEPEÑAS

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